Transformación en gato.




En un sueño corriente, si se puede decir que alguno lo es, me he mirado una mano por casualidad, y he visto que me estaban desapareciendo los dedos. Me faltaba el anular y la mitad del índice, y el meñique empezaba a desaparecer. No había dolor. Este tipo de sucesos raros con las manos ya sólo apuntan en una dirección: estoy soñando.

De esta forma cobro lucidez, pero sin ningún plan en mente. Estoy a punto de ponerme a volar por puro placer cuando pienso que mejor que aproveche el sueño lúcido en hacer algún experimento ¿Alguna vez has querido ser un gato?

Nunca había intentado transformarme en algo en un sueño, y no me ha resultado fácil. Primero porque no era capaz de verme a mí mismo, así que no sabía si lo estaba haciendo bien. He transformado mis brazos en patas. Lo más difícil ha sido cnovertir las manos en garras, porque había que cambiar las uñas de lugar.

Después de eso he ido perdiendo la lucidez poco a poco. Supongo que he dejado a un gato suelto por el subconsciente.
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